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Se puede corregir mediante ejercicios, plantillas ortopédicas y en los casos más severos mediante cirugía.
Los pies planos son una condición en la que la bóveda plantar del pie se encuentra aplanada o colapsada. Esta condición puede ser hereditaria o adquirida, y puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo lesiones, problemas neuromusculares, obesidad, y el envejecimiento.
En podología, los pies planos se tratan mediante la evaluación de la estructura y función del pie. Se puede recomendar el uso de plantillas ortopédicas personalizadas para corregir la postura del pie y reducir la tensión en los músculos y tendones. También pueden ser recomendados ejercicios específicos para fortalecer los músculos de los pies y tobillos.
En casos más severos, puede ser necesario considerar la cirugía para reconstruir la bóveda plantar y restaurar la función del pie. Es importante tratar los pies planos a tiempo para evitar el dolor crónico, la deformidad y otros problemas relacionados.
Puede causar dolor en los pies, en los tobillos, en las rodillas y en la espalda, y en algunos casos, puede limitar la capacidad de una persona para caminar o realizar actividades físicas.
Como hemos indicado, el tratamiento para los pies planos puede variar según la causa y la gravedad de la afección. Los pies planos pueden debilitar los músculos de los pies y hacer que sea difícil caminar, correr y realizar otras actividades físicas.
A continuación, se presentan algunos ejercicios que pueden ayudar a fortalecer los músculos de los pies planos, repítelos varias veces al día:
- Levantamiento de dedos: Siéntate en una silla con los pies apoyados en el suelo. Levanta los dedos de los pies mientras mantienes los talones en el suelo. Mantén esta posición durante unos segundos antes de volver a bajar los dedos.
- Estiramientos de pantorrilla: Colócate frente a una pared con las manos apoyadas en la pared y los pies separados a la distancia de los hombros. Flexiona una pierna hacia adelante y mantenga la otra pierna estirada hacia atrás. Mantén la posición durante unos segundos antes de cambiar de pierna.
- Rodar una pelota: Siéntate en una silla con los pies apoyados en el suelo. Coloca una pelota debajo del pie y ruede la pelota hacia adelante y hacia atrás con el pie. Repita este ejercicio varias veces al día con cada pie.
- Elevación de arco: Siéntate en una silla con los pies apoyados en el suelo. Coloca una toalla enrollada debajo del arco del pie y aprieta el arco del pie contra la toalla. Mantén la posición durante unos segundos antes de soltar.
- Ejercicios de la planta del pie: Párate con los pies apoyados en el suelo. Levanta los dedos de los pies mientras mantienes los talones en el suelo. Luego, levanta los talones mientras mantienes los dedos de los pies en el suelo.
Muy importante es la elección del calzado. A continuación, os indicamos algunos aspectos para tener en cuenta:
- Los materiales con los que estén confeccionados deben ser suaves y cómodos.
- Los contrafuertes no deben deformarse. Tienen que estar reforzado los laterales del talón.
- La punta del zapato debe ser ancha para que los dedos se encuentren cómodos.
- Las suelas deben proporcionar amortiguación, siendo estables y flexibles.
- El arco debe ser mas elevado de lo normal.
- Debe contar con espacio para las plantillas que tu podólogo te habrá diseñado para cada pie.
Es importante consultar a un podólogo. En Clínica Clifis puedes preguntarle a nuestro especialista, Víctor Triguero, el cual te hará una valoración integral, diagnosticará y te propondrá el tratamiento apropiado para tu patología.
Victor es vocal por Ciudad Real del Colegio Oficial de Podólogos de Castilla La Mancha